Querido Osvaldo, querido "Gordo", son ya tres años de tu partida sin regreso el 23 de noviembre de 2005.
Te fuiste sorpresivamente, te fuiste sin despedirte, te fuiste sin darme cuenta, pero tu grato recuerdo lo conservo intacto como testimonio fiel de nuestra solidaria y sincera amistad de toda una vida.
Guardo ese bello recuerdo de nuestra adolescencia en Bandfield, tu noviazgo con Pocha, tu ingreso al CMN donde compartimos la 2 Ca I, nuestro egreso, tu casamiento, el nacimiento de Crstina y Claudia, nuestras periódicas entrevistas con Nely y Pocha, tus anécdotas, tus cuentos, en fin, el paso armonioso de una etapa compartida de la vida vuelve hoy y siempre a deleitar los sutiles efluvios de mi memoria.
Por ese reconfortante y grato recuerdo que mantengo lúcido de ti, quiero repetirte nuevamente: Gordo, vos no estás muerto, seguís vivo en el cariño de tus hijas, seguís vivo en la memoria de quienes te conocimos y supimos de tu hombría de bien como militar, como esposo, padre y amigo intachable.
Hace tres años te fuiste físicamente, pero tu alma quedó viva entre nosotros. Tu alma vive y vivirá mientras viva ese EA Sanmartiniano, al quien serviste con honor, dignidad, subordinación y valor.
Gordo, partiste habiendo cumplido con tu deber de soldado y de hombre cabal. Partiste en paz con tu conciencia. No necesitaste arrepentirte.
Vayan en estas breves líneas todo el afecto y el respeto que durante mas de 70 años supiste ganar honesta y dignamente.
Baudini, hasta siempre...
Lomas de Zamora, noviembre de 2008
JULIO A. C. HEIL "El alemán"
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