
MI HOMENAJE AL SEÑOR CORONEL (POST MORTEM) D. RAUL JUAN DUARTE ARDOY AL CUMPLIRSE 35 AÑOS DE SU FALLECIMIENTO EN COMBATE.
Querido Duarte:
Fuimos compañeros de Promoción y leales amigos. Por eso, no obstante el inexorable paso del tiempo, en su devoradora marcha sin fin, vuelvo hoy, 35 años al pasado, para rendir una vez más mi sentido y respetuoso homenaje a ese Teniente Coronel de Infantería 2º Jefe de Patricios, que con valiente decisión, un 6 de septiembre de 1973, dando heroico ejemplo a sus superiores y subalternos, puso el pecho para que el proyectil artero le quitara para siempre la vida terrenal y levara su alma viva a la gloriosa eternidad.
Tu muerte fué como debía ser para un verdadero soldado por vocación profesional, en combate, dando cara al enemigo y en cumplimiento de tu sagrado compromiso: "EL DEBER MILITAR".
Rendirte este humilde homenaje es destacar también al ejemplo personal, a la dignidad del soldado, al valor en la lucha. Es rendir homenaje al glorioso 1 de Infantería PATRICIOS. A la razón de ser de nuestra vocación militar, nuestro amado EJÉRCITO ARGENTINO SANMARTINIANO. Es rendir homenaje a la Patria misma , porque fue la Patria que te cobijó al nacer, te acompañó en tu corta vida física y te sigue protegiendo en tu última marcha, la de la eternidad.
Querido Duarte, vos hoy no estás muerto, seguís vivo junto a tus familiares, compañeros, camaradas y amigos que te conocen y aprecian tus virtudes y tus valores de hombre y soldado de bien.
Vos no estás muerto, seguís vivo, porque hay muertos que perduran vivos y vivos que viven muertos, porque muertos no son los que yacen en tumba fría o cenizas al viento, muertos si son aquellos que tienen muerta el alma y viven arrastrándose, todavía.
DUARTE, jamás morirás porque seguís vivo en los corazones y en el cariño de quienes te aman, te conocen y te respetan. Seguirás vivo en la memoria de millones de argentinos agradecidos y esperanzados que ansiaban ver un día su Patria redimida.
Las lejanas voces de la memoria fiel, llevadas en las notas puras y vibrantes de los sonoros clarines de aquellas inolvidables dianas, retretas y silencios de nuestro glorioso pasado, una vez más te recuerdan y saludan, repitiéndote: Señor Coronel, descanse Ud. tranquilo, serena su conciencia que los que lo conocemos mantenemos lúcida e insobornable la memoria de la irrefutable verdad de un hecho de guerra sucedido hace 35 años, cuando un valiente jefe de Patricios, con voz firme ordenó: ENTRO YO PRIMERO..., y cayó con honor, como debe caer un soldado del Ejército Argentino.
DUARTE, vivan siempre la PATRIA y la BANDERA como gloriosos símbolos de pureza y verdad, que vos cumpliste tu juramento con SUBORDINACIÓN Y VALOR.
QUE LA HISTORIA LO RECONOZCA
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